lun

25

abr

2016

"Yo soy yo y mi circunstancia" (1) La responsabilidad de la empresa.

 

 

 

Aunque hay muchísimas definiciones de empresas y empresas de muchos tipos, vamos a centrarnos en las sociedades mercantiles que tienen como objetivo hacer negocios, en concreto en la sociedad anónima de responsabilidad limitada, en la persona jurídica que tiene derechos y obligaciones, no como individuo, sino como organización creada por una o más personas físicas para cumplir un objetivo con ánimo de lucro.

 

 

 

 

 

La empresa como persona jurídica, como cualquier persona, es un organismo, un organismo vivo que tiene su medio. Se afirma con frecuencia que una empresa tiene que adaptarse a su medio, a su circunstancia; pero yo creo que no solo tiene que adaptarse, sino que tiene que responsabilizarse si quiere seguir con vida.

 

 “Yo soy yo y mi circunstancia (1)

 

La también filósofa Maite Larrauri  nos dice que cuando alguien te dice: “mira es que yo soy yo y mi circunstancia”, entendemos que nos está queriendo decir que no todo lo que le sucede depende de él, que él o ella no son del todo responsables porque también han influido las circunstancias.

 

Y se pregunta, ¿Está el filósofo proporcionando una forma de excusarnos, de no ser del todo responsables de lo que somos?

 

Parece que no, Ortega decía que el “yo” era uno de los ingredientes de mi vida y que había otro ingrediente y este era “la circunstancia”.

 

Por “circunstancia” entendía literalmente lo que está a mi alrededor, “circum-stancia”, lo que me circunda. Somos un organismo vivo. Un organismo vivo tiene su medio, decimos que la vida de un organismo está formada por el propio organismo y su medio, forman una unidad, lo que quiere decir que si cambia el medio cambia al organismo y viceversa. (2)

 

Organismo y medio forman una unidad. Una empresa no puede ser ajena al medio donde desarrolla su actividad, al entorno, su “circum-stancia”

 

Ahora bien, continúa Larrauri, aún siendo organismos vivos, en los seres humanos hay algo más. Los humanos tenemos logos, pensamiento, y por tanto buscamos sentido en las cosas. Nos preguntamos el porqué y el cómo de lo que somos. (3)

 

Vamos con otro filósofo, el tercero. ¿Por qué determinadas personas dedican las mejores horas del día, los mejores días del año y los mejores años de su vida a producir algo que nadie les ha pedido? Javier Gomá encuentra la respuesta en la vocación que se compone de dos momentos, visio y missio (visión y misión).

 

La visión consiste en Una cierta idea del todo y quien la tiene, tiene la necesidad de producir un objeto para  prestar consistencia, coherencia, fijeza y perduración a la visio y así ponerla con carácter permanente a disposición de uno mismo y los demás.

He aquí el segundo momento de la vocación: la missio… que supone la activación de todas las facultades, capacidades y potencias humanas en la dirección de una —una sola— de las muchas posibilidades que ofrece la exuberancia vital; a cambio, una inmensa concentración de energías.

 

El cuarto, Inteligencia es ante todo la aptitud para organizar los comportamientos, descubrir valores, inventar proyectos, mantenerlos, ser capaz de liberarnos del determinismo de la situación, solucionar problemas, plantearlos, prolongar el dinamismo de los deseos con proyectos sugestivos.  (4)

 

Una empresa es un organismo que para estar vivo necesita un medio, el entorno, donde realiza su actividad y para ser inteligente necesita una vocación que le libere del determinismo de la situación”. Como persona que es, tiene “logos”, un pensamiento que le da sentido, un objetivo, la vocación, su razón de ser. Organismo, medio y vocación.  Yo soy yo y mi circunstancia y si no la salvo a ella no me salvo yo   Y si cambia el sentido, la razón de ser, la vocación,  tampoco, me atrevo a añadir. Es decir, buscar el sentido de lo que nos rodea (5) y evitar los bandazos de las personas poco inteligentes.    

 

 

(1) José Ortega y Gasset – Meditaciones del quijote. Alianza editorial.

(2) Maite Larrauri, Para todos la filosofía (15): "Yo soy yo y mi circunstancia". Fronterad Revista digital 23 de abril 2015

(3) Javier Gomá Lanzón, Raptado por las musas. El País 16 de agosto de 2013

(4) José Antonio Marina - Las arquitecturas del deseo. Ed. Anagrama.

(5) José Ortega y Gasset, ob. citada. 

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lun

25

abr

2016

¿Qué es una empresa?

El equilibrio es la situación de un cuerpo que, a pesar de tener poca base de sustentación, se mantiene sin caerse.  (1)

 

 

 

Formúlese tres preguntas:

 

1.     ¿Le gustaría tener mañana un salario mayor que el que tiene hoy?

2.     ¿Desea precios más bien bajos que altos cuando va a comprar?

3.     Si es lo suficientemente afortunado como para poder ahorrar algún dinero, ¿le gustaría conseguir retornos más altos a la hora de invertirlo? (2)

 

Una empresa sin clientes no tiene sentido. A pesar de que las compañías gastan mucho tiempo y dinero en interpretar que quieren los clientes, a menudo la respuesta es muy fácil, los clientes quieren productos y servicios mejores de los que tienen y más baratos. Podemos hacer un montón de “focus group”, de estudios de mercado, de encuestas. Productos mejores y más baratos.

 

Para poder atender a estos clientes las empresas cuentan con dos tipos de recursos, el capital y el trabajo. Es importante que el trabajador esté motivado, un trabajador motivado es más productivo. También en esto las empresas gastan mucho tiempo y recursos, hacen estudios de clima laboral y se preocupan, a menudo, por crear las condiciones para que el trabajador esté contento; aunque también me temo que conseguirlo no es difícil, no conozco muchos trabajadores que se entristezcan si se les dobla el sueldo y se les reduce su jornada.

 

Nos queda el tercer vértice de este imaginario triángulo,  el capitalismo, eso que Nicolas Sarkozy quiso "refundar” (3). Un capitalismo que busca mucha rentabilidad y poco riesgo y que, encima, tiene querencia por el corto plazo sobre el largo.

 

Ante este panorama no es raro encontrarnos con compañías que llenan las paredes de sus oficinas con frases como “el cliente es nuestra razón de ser” ; mientras repiten continuamente, sobre todo en Navidad,  “los trabajadores son nuestro bien más preciado”; para luego en marzo afirmar ante la junta general de accionistas, a menudo el mismo que cubrió las paredes y dio el discurso de Navidad, que el fin último de la compañía es “crear valor para el accionista”.

 

Encontrar un equilibrio entre estos tres colectivos con intereses contrapuestos parece que no es mala idea. Si nos ponemos a regalar productos cada vez mejores seguro que encontraremos un grupo de gente dispuestos a consumirlos, lo que nos va a costar un poco más es conseguir por este camino un modelo de negocio sostenible en el tiempo.

 

Doblar el sueldo año tras año a nuestros trabajadores a la vez que se les invita a que empiecen a trabajar cada vez más tarde y que lo dejen cada vez más pronto es una buena forma de hacer amigos, pero no se si es sostenible. Y por último mucha rentabilidad sin riesgo está muy bien, pero detrás de ese  ofrecimiento a menudo solo hay un fraude.

 

Ser capaces de producir y comercializar productos o servicios con una calidad determinada por los que el cliente esté dispuesto a pagar suele ser un buen comienzo para cualquier proyecto empresarial. Si con eso que nos pagan nos da como para que a un grupo de gente le compense poner su trabajo y su talento al servicio de mejorar y aportar valor a esos productos o servicios a cambio de un sueldo, la cosa no va mal. Y si descontado los sueldos queda algo todavía para retribuir de la manera que sea al que asumió el riesgo de invertir su dinero, me parece que estamos ante algo parecido a un modelo de negocio.

 

Una vez encontrado el equilibrio que convierte tres colectivos con intereses contrapuestos en un modelo de negocio, el problema está en seguir manteniendo ese equilibrio porque no hay mucha “base de sustentación”. Las empresas no son ajenas al entorno donde desarrollan su actividad. El entorno impulsa en múltiples direcciones  a estas tres fuerzas, si alguna tira de las otras dos hasta hacerlas caer el modelo de negocio desaparece y ya no tenemos empresa., ya no tendremos una organización dedicada a actividades industriales, mercantiles o de prestación de servicios con fines lucrativos. (4)

 

 

(1)  Equilibrio, según segunda acepción del Diccionario de la Real Academia de la  lengua.

(2)  Jonas Ridderstrale & Kjell a Nordstrom – Karaoke Capitalism, management para la humanidad. Editorial Pearson Prentice Hall.

(3)  V. Artículo de José María Martí Font de 26 de  octubre de 2008  en el diario El País.

(4)  Empresa, según segunda acepción del Diccionario de la Real Academia de la  lengua.

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mié

30

mar

2016

Prefiero el Marketing al Coaching...

 

 

 Llevo años “impartiendo sabiduría” por aquí y por allá y el otro día decidí cambiar de bando; en vez de impartir fui a recibir, me apunté a un curso de Coaching.

 

 

 

Tenía curiosidad por saber un poco más de eso que todo el mundo habla. Que la prima de riesgo se dispara: Coaching. Que hay más paro que nunca: Coaching. Que no nos da para pagar la Sanidad y la Educación: Coaching. Que cae el petróleo: Coaching. Que no hay gobierno: Coaching. Pues, ya os digo, me inscribí en un cursillo de Coaching.

 

El tipo, aunque no era argentino, dominaba el arte de la oratoria y como en todo seminario moderno empezó definiendo qué es y qué no es Coaching, así hasta que llegamos a algunas conclusiones.

 

Coaching, no es consultoría porque el consultor aconseja y asesora. Coaching no es formación, porque en la formación el que sabe instruye al que no sabe. También explicó que Coaching no es mentoring, tutoring y unas pocas cosas más que acaban en ING y no son un banco.

 

Enseguida entendí lo que NO es; lo que es, me costó un poco más. Parece que puede ser muchas cosas y hay de muchos tipos.

 

Siempre se empieza por definir que quieres conseguir (OBJETIVOS, METAS…) y tener claro donde estás. Una vez hecho esto, hay que hacer un plan de acción con sus alternativas, ventajas, inconvenientes, medios, tareas, teniendo en cuenta, claro, el entorno. Además, hay que tener voluntad y compromiso para conseguir lo que quieres conseguir.

 

Pasé una mañana agradable y aprendí algunas cosas, viendo transparencias de Alicia en el país de las maravillas (“Si no sabes donde vas…”), de Séneca (“No hay viento favorable….”), de Einstein (“Sólo los locos….”), Sócrates, Platón, Guardiola, Mourinho, carros de fuego , el club de los poetas muertos…   y muchos ejemplos de gente que ha hecho cosas extraordinarias, subir el Himalaya con un pie, nadar sin un brazo…, pero me pasó lo mismo que cuando bebo gin tonic sin limón, me falta algo.

 

La primera es que el Coaching tiene mucho de planificación ahora que planificar no tiene demasiado sentido. Desde hace tiempo alguno de los que nos dedicamos al Marketing venimos cuestionando el concepto de planificación, porque si el futuro es incierto, si el entorno es convulso y en este plan….¿para qué vamos a planificar? De hecho venimos hablando que hay que pasar de la planificación estratégica de Marketing, al pensamiento estratégico; algo que no sabemos muy bien que es, pero que nos reconforta.

 

Cuando el entorno es estable, planificar es relativamente sencillo, cuando tu entorno vital está en calma hacer planes muy detallados y marcarnos unos objetivos muy claros puede tener sentido. Pero cuando estamos instalados en plena era de la incertidumbre, plantearse objetivos claros, concretos y concisos (Fue frase del formador) no se si tiene demasiado sentido.

 

La segunda tiene que ver con eso del entorno. El filósofo nos dijo aquello de “ yo soy YO y mi CIRCUNSTANCIA “ y creo que en esto del coaching, al menos esa mañana, hablamos mucho del YO y poco de la CIRCUNSTANCIA. Maite Larrari, una filosofa de la que me fío, nos explica en este vídeo como no se puede separar el Yo de la Circunstancia, porque el yo explica la circunstancia, "Los humanos tenemos logos, pensamiento, y por tanto buscamos sentido en las cosas. Nos preguntamos el porqué y el cómo de lo que somos" Y aquí es dónde creo que está el meollo de la cosa, el coaching hace mucho hincapié en una manera de explicar y buscarle  sentido a la realidad, esa que dice que a base de esfuerzo se puede conseguir todo. Y no me parece mal, lo que no me gusta tanto es que me vendan como entrenamiento lo que es ideología, pero bueno.

 

Uno que es barman y siempre le gustaron las mezclas, pues como que me puse a mezclar. Y mezcle con Barbara Ehrenreich y su libro "Sonríe o muere: La trampa del pensamiento positivo" - "fue en el siglo XIX donde apareció el pensamiento positivo como formulación sistemática, entre un grupito diverso y fascinante de filósofos, místicos, curanderos y señores de clase media", lo dice la Ehrenreich, yo no; pero su tesis es que el pensamiento positivo es ideología y como tal, esto lo digo yo, respetable y criticable. Los coaches nos entrenan en el pensamiento positivo algo que a priori no está mal, pero sabiendo que, como dice Ha Joon Chang refiriéndose a la economía, "hay otras escuelas". Hay otras formas de explicar la vida, la circunstancia, ademas de esa.

  

Pues eso, que me quedo con el marketing como forma de embridar el deseo, aunque también aquí tenemos nuestros "apocalípticos" y nuestros "integrados" de eso hablaremos otro día.

 

Salud

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lun

28

mar

2016

Preguntas & Mezclas 1

 

El sueño va sobre el tiempo

flotando como un velero.

Nadie puede abrir semillas

en el corazón del sueño.

 

Federico García Lorca

 

 

Foto: 

La leyenda del tiempo”, es un disco de Camarón de la Isla, que cambio la historia del flamenco (1)  Álex D’Averc escribía sobre el álbum en la revista Rockdeluxe: 

 

 

Si el entramado de sutilezas interpretativas e intrigas bizantinas que rodean al flamenco hace que los debates que surgen en su seno duren más, el de la tensión entre ortodoxia e innovación tiene el mérito de ser el más largo y encarnado de todos ellos. Se trata de la eterna polémica de si el cante debe seguir siendo la recreación continua de un canon ya fijado o si, en cambio, debe aceptar nuevas formulaciones para no agotarse, aun a riesgo de que se disuelvan sus esencias primigenias.

 

En ese algo tan etéreo, definido como el mundo de la empresa “The times they are a Changin (2) ; aunque ¿cuándo no han estado cambiando los tiempos?, “Toda la vida es cambio” (3); lo que parece es que ahora el cambio es más rápido. “Se cayeron las estatuas al abrirse la gran puerta (4) por eso de seguir con Lorca y la fusión flamenca.

 

Para Kevin Robert (5), estamos en el mundo VUCA, por sus siglas en inglés: un mundo Versátil, Incierto, Ambiguo y Complejo, “la estrategia está muerta, la gran idea está muerta, la gestión está muerta y el mercadeo (marketing) , como lo conocemos, también está muerto”

 

Bill Lee, presidente de Lee Consulting Group y director ejecutivo de “Summit on Customer Engagement” se cargó el marketing en un artículo publicado en la  Harvard Business Review titulado para que hubiera dudas “Marketing dead”.

 

De ese artículo se hizo eco Enrique Dans (6), con todo lo que supone que Enrique Dans se haga eco de algo, y lo difundió a través de su blog afirmando que “los consumidores ya no hacen ni caso, no prestan atención, no se ven influenciados por el marketing tradicional, y sus decisiones de compra se originan y consolidan a través de otros medios

 

Y tanto cambio y tanta muerte está afectando al marketing, claro, como al resto de áreas de la empresa y junto a los cambios la polémica entre “ortodoxia e innovación”. Se trata de si el marketing tiene que seguir “un canon ya fijado” ; o “debe de aceptar nuevas formulaciones para no agotarse”en estos tiempos de cambio y muerte.

 

Veremos.

 

_______________________________________________________________________

 

  1. La leyenda del tiempo, décimo álbum del artista Camarón de la Isla, fue publicado el 16 de junio de 1979 por Philips y producido por Ricardo Pachón. El álbum abre con los versos de García Lorca.
  2. “The times they Are a changin” es una canción escrita por Bob Dylan que apareció por primera vez en el álbum del mismo nombre "The Times they are a Changin"  publicado por Columbia Records en enero de 1964 y producido por Tom Wilson.    
  3. Toda la vida es cambio, frase pronunciada por el escritor de ficción Herbert George Wells    
  4. Omega es un disco del cantante de flamenco Enrique Morente en colaboración con el grupo de rock granadino Lagartija Nick. Fue lanzado al mercado en 1996 por la discográfica El Europeo Música y adapta versos de Federico García Lorca    
  5. Kevin Roberts fue CEO de Saatchi & Saatchi a nivel mundial desde 1997 hasta 2014. En 2004 publicó el influyente libro Lovemarks.    
  6. Enrique Dans es un influyente profesor de Sistemas de Información en el IE Business Scholl desde el año 1990. En 2010 Publicó el Libro “Todo va a cambiar”    

 

(1) 

 

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mié

24

dic

2014

Hace ya un año

Hace un año escribí esto y mis amigos recentales ya no lo son. Ya ha pasado un año. Con ellos he tenido un poco la sensación que tenía con las pandillas de verano. Yo he sido muy de pandilla de verano, de verano de San Sebastián. Y con estos, ya digo, me ha vuelto a pasar. No he quedado con ellos en el tenis para fumar a escondidas, ni me he escapado para subir a “esa fiesta tropical que dan en el “Ku”, no he hecho surf con ellos, ni he cantado señora azul apoyado en la tapia de Gabalore.

 

Los amigos de verano son cosa curiosa, pasas un par de meses al año viéndolos a diario, sin ni siquiera imaginar como sería tu vida sin ellos y el resto del año nada. Promesas de este invierno nos vemos, seguro que bajo (los guipuchis siempre bajan a Madrid). Vale, sino te llamo en Navidad y hacemos algo. Luego nada, pero siempre había, lo sigue habiendo, algún día de invierno en Madrid en que coqueteaba con la melancolía con dos hielos y pensaba en ellos. No estaban, pero están.

 

La vida nos ha llevado aquí y allá , los meses en San Sebastián  ahora son días, siempre pocos, y con alguno de mis amigos de verano no me he vuelto a ver. Otros,  en cambio, no son puntos de fuga para tardes melancólicas,  los sigo viendo, siempre poco, pero los veo y los siento. Forman parte de mi realidad más real y mi vida sería más triste y menos interesante sin ellos.

 

Con mis amigos virtuales pasé unos meses un poco de pandilla de verano, raro era el día que no ¿hablaba? (“Twitteába, whatsappeaba”) con ellos. Ahora lo hago menos, pero espero que no sean un punto de fuga para tardes melancólicas porque en el fondo, ya sabes Elena, que lo virtual es real. Como real fue cantar juntos la horrorosa versión que hace Miguel Bosé del “sólo pienso en ti” . Un grupo que sobrevive a eso es un grupo difícil de romper.

 

Acaba un año bastante bueno para mi y , sobre todo, empieza otro con muchos proyectos de esos que me ponen, pero en el bar siempre va a ver una luz encendida y una cerveza fría.

 

Salud, camaradas, se os quiere.

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Reflexiones vitales...

Si, nadie trabaja, y no me refiero a esos cinco millones largos de parados, pobres; sino a aquéllos que se supone que estamos trabajando y no lo hacemos. No es un dato estadístico, es una afirmación basada en la experiencia, en mi experiencia. La semana pasada tuve tres comidas de trabajo. ¿Negocio?, cero; ¿relaciones, buenas intenciones, posibilidades de colaboración futura?, mil, millones, billones o, quizás, más.

 

Este año me propuse, además de lo del inglés y el deporte, no ir a más comidas de trabajo, ascender en la escala laboral y estar exento de comer. Nada, no lo he conseguido, mi carrera se ha estancado. Estoy acabado.

 

Hace años, más de veinte, ay, empecé a currar. Si a currar y eso duró más o menos cinco años. Desde entonces nada. No he vuelto, he seguido cobrando no os creáis, pero trabajar, lo que se dice trabajar, no.

 

Todo empezó con mi primer ascenso . Supuso dejar de currar, de hecho no he vuelto a hacerlo, ya os digo. ¿En qué ocupé mi tiempo?, en viajar. Viajaba todo el rato. Viajaba y viajaba, tenía miles de puntos de Iberia Plus. Tarjeta oro y rozando la platino. Era una especie de George en Up in the air. Si, yo era de esos. Viajaba y viajaba. Ahora ya no. Ahora ya no viajo.

 

De hecho dejé de hacerlo cuando volví a ascender. Dejé de viajar y empecé a estar todo el día reunido. Mi vida se convirtió en una reunión. Con clientes, con compañeros. Montamos una reunión y lo vemos. Era la frase que guiaba mis días. Estaba siempre reunido. Pero, de nuevo ese tiempo pasó. Ya no me reúno nunca. Ahora como.

 

Si, como lo oís, sólo como. Mi vida es comer. Como todos los días y alguno dos veces. Oye porqué no comemos y hablamos. Es como un mantra. Como bien, eso si, pero a menudo sin ganas. Como, como, como….

 

Y todavía me queda. Todavía tengo escalones y no me apetece mucho. Porque el siguiente ascenso ya no es comer; sino cenar. Cenas, relaciones sociales, golf en invierno, barco en verano y yo que me conozco, soy hombre de orilla. No me apetece, quiero evitar cenar; aunque no me gusta estar todo el día comiendo. Estoy hecho un lío.

 

No se si coger un atajo y hacerme experto o guru. Hay montones, ex médicos que hablan de felicidad, ex científicos que hablan de felicidad, ex deportistas, ex –políticos, ex autodefinidos altos directivos y argentinos que son en si mismos toda una categoría. Hablan, hablan y hablan… ¿de qué?, no se, pero hablan. Nunca estuvo tan de moda eso de que o das una conferencia, o te la dan.

 

 

Esos ya no tienen que cenar. Pero, salvo los muy buenos, viajan y eso es un descenso en la escala laboral. Sólo de pensar en el minibar de los NH, me dan ganas de tirarme al monte. No, no es por ahí….¿Qué hago?

 

No quiero comer, pero no quiero cambiarlo por cenar, no quiero volver a reunirme, ni quiero viajar .

 

¿Qué me queda?

 

Escribir…. En eso estoy, porque para volver a currar no tengo edad.