¿Qué es una empresa?

El equilibrio es la situación de un cuerpo que, a pesar de tener poca base de sustentación, se mantiene sin caerse.  (1)

 

 

 

Formúlese tres preguntas:

 

1.     ¿Le gustaría tener mañana un salario mayor que el que tiene hoy?

2.     ¿Desea precios más bien bajos que altos cuando va a comprar?

3.     Si es lo suficientemente afortunado como para poder ahorrar algún dinero, ¿le gustaría conseguir retornos más altos a la hora de invertirlo? (2)

 

Una empresa sin clientes no tiene sentido. A pesar de que las compañías gastan mucho tiempo y dinero en interpretar que quieren los clientes, a menudo la respuesta es muy fácil, los clientes quieren productos y servicios mejores de los que tienen y más baratos. Podemos hacer un montón de “focus group”, de estudios de mercado, de encuestas. Productos mejores y más baratos.

 

Para poder atender a estos clientes las empresas cuentan con dos tipos de recursos, el capital y el trabajo. Es importante que el trabajador esté motivado, un trabajador motivado es más productivo. También en esto las empresas gastan mucho tiempo y recursos, hacen estudios de clima laboral y se preocupan, a menudo, por crear las condiciones para que el trabajador esté contento; aunque también me temo que conseguirlo no es difícil, no conozco muchos trabajadores que se entristezcan si se les dobla el sueldo y se les reduce su jornada.

 

Nos queda el tercer vértice de este imaginario triángulo,  el capitalismo, eso que Nicolas Sarkozy quiso "refundar” (3). Un capitalismo que busca mucha rentabilidad y poco riesgo y que, encima, tiene querencia por el corto plazo sobre el largo.

 

Ante este panorama no es raro encontrarnos con compañías que llenan las paredes de sus oficinas con frases como “el cliente es nuestra razón de ser” ; mientras repiten continuamente, sobre todo en Navidad,  “los trabajadores son nuestro bien más preciado”; para luego en marzo afirmar ante la junta general de accionistas, a menudo el mismo que cubrió las paredes y dio el discurso de Navidad, que el fin último de la compañía es “crear valor para el accionista”.

 

Encontrar un equilibrio entre estos tres colectivos con intereses contrapuestos parece que no es mala idea. Si nos ponemos a regalar productos cada vez mejores seguro que encontraremos un grupo de gente dispuestos a consumirlos, lo que nos va a costar un poco más es conseguir por este camino un modelo de negocio sostenible en el tiempo.

 

Doblar el sueldo año tras año a nuestros trabajadores a la vez que se les invita a que empiecen a trabajar cada vez más tarde y que lo dejen cada vez más pronto es una buena forma de hacer amigos, pero no se si es sostenible. Y por último mucha rentabilidad sin riesgo está muy bien, pero detrás de ese  ofrecimiento a menudo solo hay un fraude.

 

Ser capaces de producir y comercializar productos o servicios con una calidad determinada por los que el cliente esté dispuesto a pagar suele ser un buen comienzo para cualquier proyecto empresarial. Si con eso que nos pagan nos da como para que a un grupo de gente le compense poner su trabajo y su talento al servicio de mejorar y aportar valor a esos productos o servicios a cambio de un sueldo, la cosa no va mal. Y si descontado los sueldos queda algo todavía para retribuir de la manera que sea al que asumió el riesgo de invertir su dinero, me parece que estamos ante algo parecido a un modelo de negocio.

 

Una vez encontrado el equilibrio que convierte tres colectivos con intereses contrapuestos en un modelo de negocio, el problema está en seguir manteniendo ese equilibrio porque no hay mucha “base de sustentación”. Las empresas no son ajenas al entorno donde desarrollan su actividad. El entorno impulsa en múltiples direcciones  a estas tres fuerzas, si alguna tira de las otras dos hasta hacerlas caer el modelo de negocio desaparece y ya no tenemos empresa., ya no tendremos una organización dedicada a actividades industriales, mercantiles o de prestación de servicios con fines lucrativos. (4)

 

 

(1)  Equilibrio, según segunda acepción del Diccionario de la Real Academia de la  lengua.

(2)  Jonas Ridderstrale & Kjell a Nordstrom – Karaoke Capitalism, management para la humanidad. Editorial Pearson Prentice Hall.

(3)  V. Artículo de José María Martí Font de 26 de  octubre de 2008  en el diario El País.

(4)  Empresa, según segunda acepción del Diccionario de la Real Academia de la  lengua.

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